Con la gran proliferación del acceso a internet, distintas
plataformas en donde incluir nuestra información personal y en especial con la
llegada, para quedarse, de las Redes Sociales a la vida privada de los sujetos,
en los últimos años, no sólo contamos con una Cédula de Identidad otorgada por
el Estado, sino que también vamos construyendo a medida que transitamos por
distintos canales virtuales, lo que se ha denominado la Identidad Digital,
estrechamente relacionada con la Huella Digital.
Ya los datos no son fijos y brindados por el curriculum
vitae clásico (que incluye lo que quiero y no agregar sobre mi experiencia
laboral – personal), sino que a la hora de buscar trabajo, mi empleador
perfectamente puede colocar mi nombre en algún motor de búsqueda y ver qué
datos tengo en la web, qué perfil de sujeto – ciudadano soy. Inferir
información a partir de los datos explícitos e implícitos que pueden estar
presentes en las redes, en formularios que llené o lugares donde me registré,
etc. Va dependiendo de qué tan activa sea mi actividad en las redes, qué tan
bien haya configurado la privacidad de los distintos espacios virtuales, para
que éstos oficien de vitrinas públicas, exhibiendo mi vida o simplemente estén con un fin, que tienda al
intercambio privado.
La Identidad Digital se construye por tres vías:
-
Acción propia: cuando publico en las redes,
comentarios que agregué en algún post de un portal de noticias o foro, etc.
-
Acciones de otros: son las acciones en donde nos
citan, etiquetan o nombran.
-
Omisión: se puede observar desde dos lugares,
por un lado no tener información en la red, por el otro cuando acepto sin leer
detenidamente la información de privacidad que me ofrecen los distintos espacios
virtuales, estoy dejando, aún más, mis datos en sus manos.
La Educación es un Derecho Humano fundamental, el acceso a
una educación de calidad para nuestros niños, niñas y adolescentes, es algo que
nadie discute, y es una condición que el Estado debe garantizar. En esta coyuntura actual, de riesgos y
oportunidades que nos brinda la tecnología, en un país que optó ya hace varios
años por apostar a acortar la brecha digital a partir de la implementación del
Plan Ceibal, donde en cada rincón del país hay conectividad, cada alumn@ del
sistema público recibió y recibe su Xo, es imperioso poner en la agenda el
Derecho que tienen a recibir una Educación Tecnológica de calidad. No solo
atendiendo a trabajar con el software educativo, sino, la promoción del uso
responsable y seguro de las distintas Redes Sociales y los espacios virtuales.
Es responsabilidad de los adultos, familias, educadores,
medios, que trabajando en conjunto permitan promover la reflexión de las nuevas
reglas que surgen en el mundo actual y que tantos riesgos traen para los más
pequeños – inexpertos de la comunidad. Existen varios temas que seguro al
referirnos a ellos, permitirán el acceso y la apelaran al uso responsable y
crítico de los espacios virtuales:
- Configurar correctamente todas las Redes.
Teniendo presente que varias cambian sus
criterios de privacidad de acuerdo a
situaciones coyunturales, estar atento cuando surge un
nuevo aviso.
- Pensar antes de publicar. Ya que lo que se
publica queda en las redes, es necesario, tomarnos
dos minutos para pensar qué
queremos y cómo nos puede influir en un futuro esta publicación
que tanto nos
emociona hoy.
- Colocar contraseñas seguras en celular, redes,
correo, etc.
- Promover la Empatía Digital, esto que tantas
veces invitamos a realizar en la vida real,
llevarlo a la virtual. No publicar
de otro/a algo que no me gustaría que publicaran de mí, no
seguir reproduciendo
contenido viral que afecte los Derechos Humanos o discriminen a los
protagonistas, etc
Siempre teniendo claro que lo que se publica en la red,
queda ahí para siempre, por más que
mi intención en algún momento sea borrarlo,
Internet no olvida. Se está dando una discusión a nivel global del “Derecho al
olvido”, en el mundo virtual. Cuando se ve afectado mi perfil o reputación por
publicaciones propias o ajenas pasadas, existen casos en los que se ha ido a la
Justicia para reclamar ser borradas de la red. La realidad es que, por el
momento, son pocos los casos en los que se ha habilitado la posibilidad de
realizar la acción a nivel global. Obviamente genera precedentes pero no
alcanza para basarnos en ella a la hora de resolver una situación incómoda en
la red.
Es la educación y más educación, el tomar conciencia y
promover el uso reflexivo y seguro de los espacios virtuales lo que evitará que
nos sintamos incómodos a futuro con el camino que ha transitado nuestra
Identidad Digital y el rastro que haya dejado nuestra Huella Digital.
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